Caótico (las chapas), por Eugenia Garay Basualdo, 2022   

En 2022 irrumpieron una materia y una técnica diferentes: la chapa de aluminio y la sujeción de tintas y esmaltes por medio del anodizado -proceso electrolítico de pasivación empleado para incrementar el espesor de la capa de óxido en la superficie de piezas metálicas-. Este tratamiento químico, lento y dificultoso lleva una progresión de añadidos de pigmentos que puede demorar días y Poggio se pierde de manera deliberada en varios sentidos. Se inicia el caos.

En las chapas informalistas, entre lo procesual y lo inventivo, la obra entra en una especie de secuencia dionisíaca de estallidos tonales que se diseminan en el plano y, la impregnación aleatoria de tintas en una superficie poco permeable y resbaladiza como el aluminio, origina una anarquía. En este punto, se desata el caos cromático sin una dirección establecida, al contrario de lo que sucede en las telas.
Nuevamente, la abstracción se repite e intenta construir un nuevo pattern circunstancial que no llega a ser completamente serial. Sin embargo, aparecen las variantes del pattern muy explícitas. En éstas chapas aquella contundencia del trazo entrecortado del rodillo mal embebido no existe, y las sustancias pictóricas se dispersan de manera volátil. La abstracción recrudece en el caos más que nunca.

En las chapas constructivistas, Poggio transfiere imágenes del edificio del Museo de la Arquitectura al aluminio. Las copia simétrica y repetitivamente en continuo hacia derecha e izquierda, y arriba y abajo. En principio, en la seriación de las imágenes copiadas observamos un facetamiento ilusorio que remite a lo que, por ejemplo, Paul Klee realizó con Casa giratoria (1921). Aunque la descomposición de una figura en facetas sea un principio cubista y tampoco lo ubicaríamos en esta tendencia, Poggio toma referencias muy disímiles y las entrecruza en trabajos que son difícilmente clasificables. Aparecen nuevos efectos: lo fractal, el negativo, y el gran angular. En esta sumatoria de procedimientos se focaliza en el diseño controlado de cada pieza y el color es solo un fondo. Estas transferencias señalan aquello que Warhol logró con la persistencia del contorno de la figura dominante en su famosa serie de serigrafías, solo que aquí la complejidad del motivo elegido exige que el pasaje de la imagen sea perfecto de una única vez. Por momentos, el control le disputa el protagonismo al caos.

Poggio a veces hace abstracción y otras tiende a lo figurativo y, en cualquier caso, eso es una excusa. En su obra descubrimos procesos extraordinarios e insistentes de trabajo que lleva al límite para agotar las posibilidades técnicas como el científico de laboratorio. Recurre siempre a un pattern porque rige el diseño en su estructura creativa. Se debate entre el orden y lo que no puede controlar con una obstinación que lo lleva a ser deliberadamente caótico. Finalmente, el zigzagueo del caos llega su apogeo y se diluye para volver a empezar.

Eugenia Garay Basualdo, 2022