Lo distintivo en estas obras es la repetición, o la irrenunciable insistencia por seriar el pattern. En efecto, nos encontramos frente a “un artista serial” ciento por ciento.
Poggio procesa un mismo motivo de manera frenética sobre el lienzo. Es metódico y estructurado, casi como un constructivista, por lo que no deja nada librado, únicamente, al azar. En cualquier caso, emplea el azar para iniciar el procedimiento de búsqueda del pattern. En esa instancia se vuelve un tanto caótico y puede ocurrir que el pattern, así como se convierte en un motivo a reiterar, surja por casualidad. Sin embargo, ésta es una operación recurrente en la abstracción y no podríamos asegurar a qué tendencia estilística pertenece su obra ya que admite diversas lecturas.
No obstante, sin entrar en clasificaciones, podríamos proponer vinculaciones parciales entre esta serie con obras de algunos artistas argentinos contemporáneos como Fabián Burgos, Tulio de Sagastizábal, Marcelo Boullosa, Gachi Hasper, Mariano Ferrante, Martín Pelenur, Gabriela Böer, Pablo Sinaí, Verónica Di Toro, Silvia Gurfein y Andrés Sobrino, entre otros. En nuestro análisis observamos que, casi en todos los casos, se destaca una cierta obsesión por la reiteración de un mismo motivo marcadamente geométrico de factura impecable. En la pintura de Poggio habita la misma obsesión pero no encontramos ni la geometría ni tampoco la ortodoxia del acabado perfecto, por lo que su estilo tiende a ser menos formal sin llegar a ser informalista todavía –veremos lo que sucede con la serie de las chapas-, al mismo tiempo que es menos riguroso y deliberadamente descuidado.
De todas maneras, por el tipo de trazo particular esta serie nos remite indefectiblemente a lo que Giacomo Balla realizaba en 1912 antes de llegar al futurismo propiamente dicho: Dinamismo de perro con correa y Niña corriendo por el balcón, por ejemplo. Si bien Poggio no desarrolla un tema particular en cada obra sino que, todo lo contrario, se dedica a seriar un mismo motivo no figurativo, la similitud técnica con tales trabajos de Balla es notoria. La pincelada dividida con la que el artista italiano perseguía la obtención del dinamismo de la figura, aquí se transforma en el frenesí de la reiteración del trazo entrecortado del rodillo mal embebido. En eso también Poggio indaga el movimiento generando un ritmo fortuito en la tela. El rodillo accionado frenéticamente provoca un sinnúmero de pinceladas anárquicas, más o menos difuminadas que, encimadas, desencadenan efectos ilusorios de vibración y, finalmente, obtiene ese dinamismo tan preciado en la bidimensión.
Eugenia Garay Basualdo